Los pies son los grandes olvidados de nuestra actividad deportiva. Solo nos acordamos de ellos cuando nos duelen, y esto constituye uno de los grandes errores a la hora de salir a correr o hacer cualquier otro tipo de deporte.
La higiene de pie es fundamental mantenerla a raya, se haga o no se haga deporte, pero, si se es una persona deportista, más aún, puesto que es la pieza clave que hará que nos movamos, que podamos cumplir nuestros objetivos.
Aquí van una serie de consejos y de rutinas que puedes seguir tanto cuando llegues a casa después de un largo día de trabajo o de estudio en la facultad hasta cuando termines tu entrenamiento con tu club o por ti mismo:
1.- Lávatelos aunque no hayas hecho deporte: un poco de jabón y un poco de agua será suficiente para que, cuando llegues a casa, te laves los pies. Los beneficios, aparte de eliminar la suciedad, los verás en forma de relajación. Perfecto para irse a dormir a gustito.
2.- Sécalos muy muy bien: sobre todo en la parte de entre los dedos. Esta zona es propensa a quedarse húmeda, y se convierte en el campo de cultivo ideal de hongos que, a la larga, te darán algún disgusto.
3.- Las uñas, siempre cortas: parecer un oso está muy bien, sobre todo si vas a salir a pescar salmones con los pies, pero como estimamos que no será así, te recomendamos que lleves siempre las uñas cortas. Tampoco te pases: con que estén al nivel del dedo ya es suficiente. Si te excedes, acabarás pasándolo mal.
4.- Usa siempre chanclas: si te vas a duchar en un vestuario a la finalización de una prueba o de un entrenamiento, usa siempre chanclas. Personales y únicas. Tú eres la única persona que puede usarlas. De este modo, evitarás llevarte en tus pies a la fauna que habita en estos lugares y no tendrás problemas con hongos u otro tipo de enfermedades de la piel.
5.- Utiliza unas buenas zapatillas: ya hemos hablado en alguna ocasión de conocer tu tipo de pisada para saber qué zapatillas debes usar en tu práctica deportiva. Es fundamental, si vas a hacer entrenamientos largos, tener una buena “herramienta” con la que trabajar. De ello dependerá que tu pie te siga respondiendo en los momentos más complicados.
6.- Los calcetines no son banales: una vez, un entrenador comentó a servidor que, solo con el hecho de llevar los calcetines arrugados mientras se entrenaba ya te podía provocar una lesión. Usa, siempre que puedas, calcetines de algodón y que se te ajusten bien al pie. Ayudarás a la transpiración y evitarás ampollas mientras corres.