La idea de crear este nuevo deporte fue de dos amigos húngaros, Gabor Borsanyi y Viktor Huszar. Gabor es un ex-futbolista profesional y Viktor un apasionado de la informática. Los dos tenían un sueño en común: llevar el fútbol a las casas de la gente.
Las reglas son bastante simples: tal y como sucede con el tenis y el ping-pong, el objetivo del juego es que la pelota pase la red al otro lado del campo –en este caso mesa- que rebote y que sea devuelta por el adversario con cualquier parte del cuerpo, desde la cabeza a las piernas (excluyendo las manos). Eso sí, cada vez que el jugador la reciba no puede dar más de tres toques y no puede tocar el balón dos veces seguidas con la misma parte del cuerpo.
El objetivo principal del Teqball, según los ideadores, es permitir a los futbolistas mejorar sus habilidades ganando velocidad mental además de realizar una actividad física. “Teqball no es un deporte que trate de rivalizar con el fútbol. Al contrario, supone una herramienta de apoyo para mejorar las habilidades de los participantes y lograr el control aéreo del balón. Este deporte te ayudará a jugar con más confianza y a tomar y ejecutar decisiones más rápidamente. Además de mejorar tus decisiones al primer toque te ayudará a convertirte en un jugador más confiado, espectacular y hábil”, afirman los creadores en su web.
La disciplina cuenta además con una versión de cuatro, en la que se puede jugar en parejas y para la que se tienen en cuenta las mismas reglas: los toques máximos para cada equipo son tres, no se puede tocar la mesa ni sobrepasar con el cuerpo la mitad del campo del adversario y ambos jugadores deben tocar el balón al menos una vez. Con ello, según los creadores, se ayuda a que se desarrolle la técnica y se pueda controlar el balón de forma más segura cuando se juega al fútbol convencional.
“No existe contacto físico entre los jugadores ya que de acuerdo con las reglas oficiales de este deporte, está prohibido tocar a cualquier miembro del equipo oponente. Como consecuencia de esto, el riesgo de lesiones es muy bajo”, explican.
Para poder practicar esta nueva disciplina, los creadores han desarrollado un tablero curvo, al que han denominado ‘Teqboard’. Es muy parecido a la mesa de ping-pong pero ha sido proyectado teniendo presentes las reglas de las matemáticas y de la física con el fin de que el balón siempre rebote hacia los jugadores. Así, no se deja espacio para la suerte sino para la técnica.
“Teqball no es un juego de azar. El mejor jugador gana”, aseguran los creadores. “Teqball ha sido desarrollado con un enfoque científico después de años de cálculos matemáticos y físicos y pruebas empíricas. Todos los elementos de Teqball fueron diseñados de manera que el balón rebote siempre hacia los jugadores. Esto obliga a los jugadores a controlar el balón cada 2-3 segundos. Como resultado, éstos tocarán el balón varias veces en un período muy corto de tiempo”.
Es posible alcanzar los 300 toques en el arco de media hora. El cálculo no ha sido hecho de manera aproximada sino que es la propia mesa, a través de un dispositivo tecnológico pensado a propósito para el Teqball, el que permite monitorizar automáticamente el movimiento del balón y de los jugadores durante el partido. De esta manera la mesa controla que se estén respetando las reglas, valora los resultados y aporta información sobre las mejorías que se van haciendo.
Y si el fútbol no es lo tuyo también se puede usar la mesa para otros juegos como el Teqtennis, al que se juega usando raquetas y una pelota más pequeña y el Teqdodge, parecido al Dodge Ball.