Un año más estás decidido a sacar adelante al menos uno de tus propósitos de Año Nuevo, y, ante la gran oferta de centros y precios asequibles que proponen, el gimnasio se ha convertido en la misión más sencilla de abordar.
Fenomenal, todo un reto el tratar de ponerte en forma y tener un entretenimiento sano al menos dos veces a la semana. Pero, ¿conseguirás ir de verdad? Para evitar que te ocurra lo de siempre y acabes dejando de ir a los pocos meses – ¡si llega!– tienes que mantener las ganas, la ilusión y la fuerza de voluntad del primer día, y para eso necesitas encontrar una actividad que se adapte a lo que buscas.
Escoge con cabeza y sigue estos pasos antes de apuntarte a un nuevo gym o probar con clases nuevas. 2016 puede ser tu año.
1.- Conoce las instalaciones. No todos los gimnasios son iguales ni todos los espacios sirven para practicar cualquier actividad. Es importante que antes de optar por apuntarte a una determinada, conozcas la superficie y características de la sala donde la vas a realizar.
Por ejemplo, si quieres empezar con yoga o pilates sería ideal que el gimnasio cuente con un espacio relajante con poca luz y una temperatura adecuada, o si vas a seguir un entrenamiento en máquinas, que haya suficientes, estén colocadas espaciadamente y en una sala amplia y ventilada. Importante: visita el gimnasio en horas puntas.
Por muy amplio que parezca y muchas elípticas que veas, si se llena demasiado te tocará hacer cola y esperar... Uno de los grandes inconvenientes que, bien sabes, acaban con tus ganas de ir entrenar.
2.- Mira bien los horarios de las clases. Para probar una nueva actividad lo ideal es poder ir a mediodía y evitar que esté todo lleno o, lo peor, no quede hueco para ti en la clase.
Claro que la tarde también tiene sus pros: si pretendes hacer un entrenamiento de cardio lo mejor es hacerlo a esas horas y quemar las calorías consumidas a lo largo del día, también es buen momento para hacer estiramientos y poner a tono tu musculatura después de una dura jornada. Lamentablemente, no todo el mundo puede pasarse por el gimnasio cuando le apetece, así que mira bien qué días y a qué horas están las clases y cuadra con tus horarios con las que más te interesen. Una vez las encajes, no te las saltes porque variar cada día de actividades sin ton ni son es bastante menos útil que acudir a las mismas dos veces por semana.
3.- Informa a los monitores sobre cualquier dolor o lesión. No sólo para que todos en la clase sepan que eres un deportista veterano con sus achaques, los instructores pueden ayudarte a mejorar tu entrenamiento y maximizar los beneficios si conocen hasta qué punto pueden forzarte sin que se traduzca en una lesión y su consecuente abandono de la clase.
4.- Hidrátate y come ligero. Nunca se sabe cómo va a reaccionar nuestro cuerpo ante una nueva actividad deportiva, así que antes de ponerte en marcha y calzarte las zapatillas procura mantener una alimentación adecuada y no llegar allí con pesadez de estómago.
Si comes demasiado antes de entrenar, tu organismo utilizará la energía para digerir la comida en lugar de para fortalecerte y quemar calorías, además de que puedes sentir náuseas en plena clase.
Y cómo no, mantente hidratado siempre antes, durante y después de hacer ejercicio, especialmente si vas a probar con spinning o alguna actividad en la que vayas a sudar abundantemente.
5.- Ponte unas expectativas realizables. Escojas el ejercicio que escojas, ve poco a poco, aumentando progresivamente la intensidad y duración de cada clase. No te dejes llevar por la masa y sigas la corriente de lo que hacen los demás.
Si no puedes seguir el ritmo de una actividad determinada no pasa nada, salte de la clase y proponte conseguir terminarla la próxima vez.
La idea es que el deporte se convierta en parte de tu rutina, no que acabes contracturado y dolorido a las dos semanas y pierdas las ganas de seguir mejorando.
6.- Vístete adecuadamente. No, nadie dice que tengas que dejarte un pastizal en tus modelitos para el gimnasio, pero hay prendas adecuadas para cada actividad y llevarlas te ayudará a mejorar tu rendimiento. En gran parte el objetivo es sudar, pero usa siempre ropa que transpire para no dañarte la piel con roces innecesarios.
El término zapatilla de deporte es muy genérico, procura buscar las adecuadas para tu pisada en función de lo que vayas a hacer, y si vas a usar máquinas, lo mejor es ir con ropa ajustada, los pantalones cortos o las camisetas holgadas podrían convertirse en una trampa de tropiezos y enganches con los aparatos.
No metas cualquier cosa en tu bolsa de deporte y piensa qué ejercicio vas a hacer antes de colgártela al cuello. Si no sabes qué llevar, pregunta antes al personal del gimnasio y que te recomienden.
7.- Ve con un amigo. Muchos expertos coinciden en que una manera idónea de asegurar que tu nuevo entrenamiento triunfará es realizarlo con alguien más.
Probar ejercicios nuevos resultará menos intimidante y la experiencia será más divertida si tenemos un compañero de batalla con el compartir sensaciones y, por qué no, retarnos para mejorar y quemar más calorías.