La vida diaria nos ocasiona contracturas musculares, ya sea por malas posturas mantenidas o por esfuerzos repetidos. Es por esto que debemos realizar estiramientos diariamente para poner en orden nuestro cuerpo, fortalecer los músculos y lubricar las articulaciones, consiguiendo así un cuerpo sano y joven.
Los estiramientos tienen múltiples beneficios, entre los que podemos destacar:
1.- Aumentan la flexibilidad.
2.- Aumentan la extensión de los movimientos.
3.- Evitan lesiones.
4.- Reducen la tensión muscular y relajan el cuerpo.
5.- Mejoran la coordinación.
6.- Mejoran la circulación y oxigenación de los músculos.
7.- Dan sensación de bienestar ayudando a controlar el estrés.
Por todo ello, lo más recomendado es realizar una tabla de entrenamientos toda las mañanas. Levántate 10 minutos antes y lo notarás. Prueba con estos ejercicios:
1.- Manos detrás de la cabeza con los dedos entrelazados. Sacar el pecho y mover los codos hacia atrás, y luego traer los brazos hacia delante bajando el cuello y tratando de juntar los brazos. Cogemos aire en el primer movimiento y lo soltamos en el segundo. Hacerlo cuatro veces lentamente.
2.- Sentados bajamos el pecho hacia las rodillas estirando los brazos hacia el suelo y respiramos lentamente siempre por la nariz. Mantenemos la postura diez segundos.
3.- Levantamos los brazos y los estiramos lo más que podamos con las palmas de las manos cogidas y los codos pegados a las orejas tratando de llegar lo más alto posible. Coger aire, meter la tripa y con cada inhalación tratar de subir más, estirando toda la espalda. Mantener diez segundos.
4.- Bajar los brazos al lado del cuerpo. Cruzar uno por delante y empujar el codo con la ayuda del otro brazo. Aguantar unos segundos y luego flexionar ese mismo brazo hacia atrás empujando siempre con el otro. Mantenemos y ese mismo brazo lo pasamos por detrás de la cabeza y lo empujamos hacia abajo, siempre con la ayuda del otro brazo. Mantenemos diez segundos y cambiamos al otro brazo.
5.- Partiendo de los brazos a los lados del cuerpo, unirlos por detrás del cuerpo con manos juntas, separando los brazos del tronco estirados. Meter el abdomen y mover el tronco hacia delante a la vez que los brazos. Respirar tranquilamente y realizarlo despacio volviendo a la postura inicial.
6.- De pie. Tratar de tocar el suelo con las palmas de las manos. Para comenzar flexionar las rodillas y el abdominal contraído. Poco a poco ir estirando las rodillas.
7.- Colocar las manos en las rodillas con las piernas separadas a la altura de los hombros y flexionadas. Movilizar la espalda sin mover los brazos. Contraemos y metemos la cabeza entre las piernas y luego sacamos la espalda y abrimos el pecho. El primer movimiento es como cuando se erizan los gatos y el segundo es abriendo el pecho. Realizar cuatro repeticiones.
8.- Flexionar una pierna por detrás y llevar el talón al glúteo. El cuerpo recto y la pierna de apoyo estirada. Meter el abdomen y mover la cadera hacia adelante mientras mantenemos el talón pegado al glúteo y las rodillas juntas. Realizar durante diez segundos con cada pierna.
9.- Con la espalda pegada a la pared flexionar la pierna hacia el pecho. La pierna de apoyo se mantiene estirada y mantener la postura. Si resulta muy difícil se puede hacer en el suelo boca arriba. Flexionar una pierna con la otra estirada. Mantenemos diez segundos y cambiamos de pierna.
10.- Mover los tobillos y muñecas en círculos hacías los dos lados. Estirar y flexionar. Mover los dedos. Hacer dos respiraciones grandes y listos para la lucha diaria.