Practicando yoga conseguirás tonificar todos y cada uno de los músculos de tu cuerpo. Pero si lo que te preocupan son tus brazos, hay diferentes asanas que te servirán para trabajar la fuerza y cambiar su aspecto en poco tiempo. Aquí tienes una serie de cinco posturas que puedes realizar de dos a cuatro veces por semana. Para realizarla sólo necesitas una esterilla de yoga.

Calentamiento

En cuadrupedia, con las manos alineadas al ancho de los hombros y las rodillas al ancho de las caderas, calienta la espalda arqueando y redondeando en gato-vaca. Después, calienta las muñecas haciendo pequeños movimientos circulares en ambos sentidos con las manos apoyadas.

Chaturanga Dandasana I

Coloca las manos al ancho de los hombros, apoya las rodillas y los dedos de los pies. Mantén el core activo llevando el ombligo hacia la espalda. Baja lentamente manteniendo los codos pegados a las costillas hasta acercar el pecho y la barbilla a la esterilla dejando un hueco bajo la cadera. Vuelve a subir lentamente. Repite entre 7 y 10 veces.

Descansa estirando la espalda en la postura del niño.

Chaturanga Dandasana II

Colócate en la posición anterior y despega las rodillas del suelo. Activa el core y mantén el cuerpo paralelo al suelo, sin elevar las caderas. Baja lentamente acercando todo el cuerpo al suelo y, sin llegar a tocar, sube otra vez. Hazlo entre 5 y 7 veces.

Descansa estirando la espalda en la postura del niño.

Makarasana

Con la postura del delfín tonificarás brazos, pecho, tronco y estirarás la musculatura posterior de las piernas. De rodillas, separa los brazos al ancho de los hombros, apoya los antebrazos y entrelaza las manos o mantenlas apoyadas. Despega las rodillas, eleva la cadera y da un par de pasos hacia delante. Aleja los hombros de las orejas y tira de los isquiones hacia arriba alargando la columna. Relaja la cabeza. Mantén entre 1 y 2 minutos, descansa y repite dos veces más.

Descansa estirando la espalda en la pose del niño.

Plancha sobre antebrazos

Desde la posición anterior, camina con los pies hacia atrás hasta colocar el cuerpo paralelo al suelo. Activa el core, aleja los hombros lejos de las orejas y mantén entre 1 y 2 minutos.

Descansa estirando la espalda en la pose del niño.

Kakasana

Esta postura de equilibro (la grulla) te servirá para tonificar de forma intensa tus brazos. Para realizarla, siéntate en cuclillas, abre las piernas, coloca las manos en namaste uniendo las palmas y apoya los brazos contra las piernas. Manteniendo esta alineación, apoya las manos por delante de ti, lleva el cuerpo hacia delante, eleva un pie y luego el otro. Descansa y dale vueltas a las muñecas. Haz los intentos que quieras.

Para terminar, siéntate con las piernas cruzadas, lleva una palma hacia la espalda y tira del codo para estirar el tríceps. Cambia de brazo. Pasa el brazo estirado por delante del pecho, sujétalo a la altura del codo y estira el hombro. Cambia de brazo.