Vejer de la Frontera es una de las localidades con más encanto de la provincia de Cádiz y forma parte de la Ruta de los Pueblos Blancos. Enclavado en una montaña a 200 metros del nivel del mar nos deja una visión magnífica de sus casas encaladas.
La ruta que te recomendamos hoy no es apta para todos los públicos, ya que tiene un nivel de dificultad de medio a alto por lo que deberás estar bien en forma. Por la belleza de su recorrido te recomendamos que empieces a entrenar desde ya porque no querrás perdértela. En total tiene 36,7 kilómetros y algunos tramos con pendientes importantes y algún que otro terreno complicado.
Pero todo lo bello merece la pena y un esfuerzo. En el recorrido de esta ruta, llamada ruta del Acantilado, podrás visitar la ermita de San Ambrosio del siglo VI o podrás recorrer el Parque Natural de los pinares de la Breña.
La ruta de hoy parte precisamente de Vejer, en concreto desde el Santuario de Nuestra Señora de la Oliva, patrona de la localidad y llega hasta Barbate. Desde la ermita nos dirigimos hacia Vejer. En nuestro camino hacia la población hay tramos duros con pendientes de hasta un 8%, sin embargo, las vistas merecen la pena. Siempre puedes descansar para recuperar el resuello y admirar el paisaje.
Justo antes de entrar al pueblo debemos dirigirnos hacia la Vía Verde de Buenavista, que veremos indicada con carteles. Nos moveremos en dirección hacia los molinos modernos de la estación eólica, bien por el asfalto o por el camino lateral de tierra.
Pasaremos por un arroyo lo que nos dará un aire refrescante en nuestro recorrido y podremos ver las ruinas de la ermita de San Ambrosio, del siglo VI.
Desde allí nos encaminaremos en dirección al cortijo y ermita de la Porquera. Parte de esta ruta transcurre por los pinares de la Breña, que podremos disfrutar hasta que lleguemos a la carretera en dirección Barbate.
Una vez allí podemos atravesar la localidad y aprovechar su estupenda gastronomía. Irse de Barbate sin haber probado su atún en cualquier modalidad debería estar tipificado en el Código Penal.
Una vez con el estómago lleno y descansados atravesamos Barbate hasta llegar a la rotonda de salida hacia Vejer. Atravesaremos por un camino que recorre el límite de las marismas del río Barbate, sin pendiente, pero que se encharca con las lluvias. Circulamos por él, atentos a un portillo que se abrirá a nuestra izquierda casi oculto por la vegetación.
Después del portillo vienen unos 500 metros complicados por lo arenoso, así que ármate de paciencia que queda poco para llegar a tu destino final y punto de origen. Sales a la carretera que te llevará de vuelta al santuario de la Virgen de la Oliva, donde podrás relajarte y darte por satisfecho por recorrer una de las rutas con más encanto de nuestra geografía.