Estamos a punto de cerrar un año de grandes maratones en el territorio nacional. El último ranking publicado por la Federación Española de Atletismo deja claro lo que los corredores demuestran año tras año: Valencia, Barcelona, Sevilla y Madrid siguen siendo las capitales nacionales de la distancia de Filípides.
Con San Sebastián como quinta en discordia (y teniendo su última edición muy fresca) parece que nadie le puede plantar cara a “las grandes de primavera” (sí, Valencia es primavera si lo comparamos con Donosti dos semanas después).
Sin embargo, fuera del podio quedan algunas maratones muy interesantes que, año tras año, juntan a una serie de fieles que quieren arrancar las últimas hojas del calendario con paso firme.
La llegada del fenómeno runner ha hecho que muchas de las grandes ciudades de nuestro país se animen a organizar una maratón. Aprovechando el Puente de la Constitución, Málaga y Castellón quieren ser una alternativa para todos aquellos que busquen una gran prueba en una época del año donde lo habitual es comer turrón y no devorar kilómetros. ¿Y qué tienen que ofrecernos?
Viajemos primero al sur, vayamos a contagiarnos de la alegría malagueña y, por encima de todo, vayamos a coger algo de temperatura: porque eso ofrece Málaga, un tiempo acogedor comparado con lo que podemos encontrarnos en el resto de la península.
La capital de la Costa del Sol (que ha sido denominada Capital Europea del Deporte para el año 2020) pondrá toda su fuerza en las piernas de unos corredores que afrontarán un recorrido más rápido que en años anteriores, buscando durante gran parte del recorrido el litoral marítimo de la ciudad.
El recorrido nos llevará al corazón deportivo de Málaga, con el Martín Carpena como gran atractivo. El muro se hará más leve mientras recorremos el centro de la ciudad recibiendo el apoyo de los vecinos, mientras que los últimos kilómetros nos harán buscar la zona de La Rosaleda.
Los últimos metros, a unos pasos de la famosa calle Larios, pondrán el broche de oro a un gran fin de semana largo.
Pero Castellón no se queda atrás. Otra maratón joven (junto con Málaga celebran su sexta edición) pero que ofrece un recorrido amigable y plenamente preparado para conseguir marca.
Combinada con una carrera de diez kilómetros, la ciudad acogerá a atletas de todas las edades preparados a plantarle cara al asfalto. Del mismo modo, el trazado del maratón es bueno para el público: en una distancia que no llega al kilómetro podrán ver pasar a familiares y amigos por nueve puntos diferentes.
Además, no han querido olvidarse de quien se quedara con la espinita clavada de la gran maratón valenciana: ofrecieron a todo atleta que no acabara en Valencia la posibilidad de volver a intentarlo en Castellón a un precio reducido. Una excelente oportunidad para devolver la ilusión al corredor y plantearle un reto de altura a quien se quedó con las ganas de ser finisher.
Como podéis ver, ambas ciudades ofrecen pruebas interesantes que, bien combinadas con una alternativa turística y gastronómica a la altura acaban por completar un fin de semana largo perfecto.
Habrá quien se pregunte si elegir una de estas en vez de alguna de las grandes maratones nacionales: ¿y por qué no hacer ambas?
Hay tiempo suficiente para descansar entre pruebas como Barcelona o Madrid y estas dos pruebas que, en estas fechas, nos ofrecen una excelente alternativa para cerrar el año atlético. Yo que tú le echaría un ojo al calendario del año que viene y empezaría a planear un buen fin de semana a golpe de maratón.