El salir a correr habitualmente y hacer del running una parte más de tu día a día te trae, a la larga, muchos beneficios. Quizá uno de los más valorados es la sensación de bienestar, el saber que estás en forma.
Este concepto, sin embargo, choca radicalmente con la otra visión del mismo: cuando alguien te dice que un colega “está en forma”, siempre hace referencia al cachas del gimnasio, cuya religión es la pesa y la repetición.
Son dos visiones opuestas que, sin embargo, pueden combinarse a la perfección. De hecho, conozco gente que es pura fibra y, con todo y eso, es capaz de marcarse unas carreras de escándalo. Todo está, obviamente, en la justa combinación de ambas esferas y en la decisión del interesado. Vamos, que ni tienes que ser un “crusán” ni huir a ritmo de series de las pesas.
De la misma manera que se debe plantear un entrenamiento de atletismo, los ejercicios con pesas y máquinas tienen que hacerse con el equilibrio justo entre volumen, intensidad y ritmo. De nada sirve salir a tope en una tirada larga si vas a acabar con la lengua afuera: tal y como planteas la misma, yendo de menos a más, es como debes trabajar en el gimnasio.
Si vas a trabajar, hazlo bien: tómate tu tiempo dentro de la semana para ubicar esas sesiones de manera que puedas combinarlas con algún entrenamiento. Suena a locura al principio, pero el tipo de trabajo que harás en el gimnasio tiene más en común con tu tirada larga que con cualquier otra cosa.
En un trabajo orientado a un entrenamiento “runner”, tu objetivo es realizar los ejercicios con el peso justo. Insisto, no se trata de convertirte en un cachas quieras o no quieras: el trabajar con una resistencia adaptada a tus condiciones te hará acostumbrarte a ese peso y dominarlo. Igual que en tus carreras de fondo: si eres capaz de correr a una velocidad y estiras esa capacidad en el tiempo, al final la distancia que puedas recorrer será cada vez mayor.
No te asustes pensando que todo lo que te vamos a mandar es pesas enormes o maquinaria pesada: de hecho, muchos de los ejercicios que cualquier monitor o entrenador te mandaría son cosas que puedes hacer sin más.
Sentadillas, abdominales o flexiones son parte de cualquier entrenamiento que se precie, y si no los incluyes en tu rutina, deberías hacerlo. No le tengas miedo a los burpees, anda, que es una manera ideal de darle caña a todo el cuerpo.
Otra de las cosas que se dice es que las pesas son un buen complemento para el corredor si quiere trabajar el tren superior, dado que lo de abajo ya lo estamos fortaleciendo con el entrenamiento. Igual que haces series o cuestas junto con el trabajo de fondo, entrenar en el gimnasio es parte de un todo.
No debes desechar nunca la posibilidad de darle algo de caña al tren inferior y a la zona abdominal: lo que buscamos es que todas las partes del cuerpo crezcan y mejoren de forma equilibrada.
Precisamente sobre los abdominales y los lumbares debemos incidir en nuestro trabajo. Estos músculos son muy importantes a la hora de correr y darles una ayudita extra en el gimnasio nos hará ganar un punto más de velocidad.
Ojo, una cosa está clara: que no vas a batir ningún récord del mundo yendo al gimnasio sin más. Tienes que buscar un punto medio donde todo lo que hagas ayude a que tu cuerpo saque partido de esto.