En el caso concreto de las mujeres, la práctica del running ayuda a que “desarrollen un cuerpo donde todo está bajo control: la fuerza, el poder y la belleza”, según afirma Carol Otis, fisióloga de la Universidad de California.
Fuerza, poder y belleza. Se trata de una afirmación muy contundente, pero me atrevo a decir que es totalmente cierta. Como mujer y corredora, y tras compartir conversaciones sobre este tema tanto entre hombres como mujeres, me he dado cuenta de que existen sensaciones y cambios que solo se comparten entre corredores del mismo género. En esta ocasión me centraré en ellas, donde como corredora puedo aportar parte de mis experiencias.
Si todavía no has empezado a correr y crees que lo sabes todo sobre tu cuerpo, tendrás que vivir tú misma la experiencia de empezar a hacer kilómetros para valorarlo. Aquí he preparado una lista de sensaciones que descubre una mujer cuando empieza a correr:
1.- No brillas, sudas. Se sabe que el sudor ayuda a rendir más durante la práctica de ejercicio, ya que acelera el efecto de enfriamiento del cuerpo. Estudios ya han demostrado que las mujeres transpiran de forma menos eficiente que los hombres y ello se traduce en que las mujeres tienen que trabajar más duro que los hombres con el fin de empezar a sudar.
Así que notarás como tu temperatura corporal aumenta de nivel conforme incrementes la intensidad del ejercicio, pese a que no sudes en exceso. Igual sudas menos respecto a un hombre, pero eres consciente de cuál ha sido tu esfuerzo físico.
2.- Conoces el ligamento de Cooper. Cuando empiezas a correr, el pecho se convierte en una parte de tu cuerpo a la que prestas mayor atención, incluso sabes que debes mimar.
Igual no tenías ni idea, pero como mujer corredora eres conocedora de los ligamentos de Cooper (delgados conjuntos de tejidos conectivos en el pecho que ayudan a dar soporte a la masa de los tejidos mamarios). Es por ello de la importancia que das a la elección de un sujetador deportivo.
3.- El valor de la pelvis. La zona pélvica femenina es totalmente diferente a la masculina. Si una mujer no trabaja este grupo muscular puede notar pérdidas de orina. ¿Tienes la sensación de hacerte pis en carrera pese haber orinado minutos antes? Para evitar esto, por ello las mujeres dan tanta importancia a los ejercicios de suelo pélvico.
4.- Me siento hinchada, pero corro. Debido al ciclo menstrual, hay días en que te sientes especialmente cansada e hinchada. En estos días no debes renunciar a correr, pero si ser consciente de hasta qué punto te afecta y suavizar el ejercicio ante el dolor o la intensidad del sangrado.
5.- La pedicura, una necesidad. Si antes hacerte la pedicura era un lujo, ahora es una necesidad. Ampollas, uñas negras… sabes que debes de cuidar tus pies como un hábito más.
6.- Cuerpo más estilizado. Al correr trabajas la parte inferior del cuerpo y fortaleces piernas, muslos y glúteos. Las piernas experimentan un incremento de volumen y a su vez ayuda a la eliminación de grasa acumulada. Te suena esto de: me siento fuerte, tonificada y mucho más ágil.
Es cierto que desde el punto de vista fisiológico existen diferencias evidentes entre los hombres y mujeres en la práctica de un deporte, en este sentido también las hay en cuanto a sensaciones experimentadas por cada parte.
Lo verdaderamente importante es que el correr no lo veas como una obligación o castigo. Los cambios que experimentes debes de sentirlos desde una perspectiva positiva, de no ser así, detente y retrocede a analizar los motivos que te llevaron a pensar así.