Aproximadamente el 75% de los runners sufren al menos una lesión al año, de distinta gravedad, y este porcentaje aumenta aún más cuando hablamos de los runners novatos. Una de las lesiones más típicas, además, tiene que ver con la rodilla.
Es bastante común que salgas a correr y a los pocos días te des cuenta de que tu rodilla te dice que no, que no fuerces y que ese no es tu deporte. Bien, ante esto te puedes plantear ¿Y ahora qué hago si yo lo que quería era ponerme en forma?
La solución a estos casos puede pasar por la máquina elíptica. Ya tendrás que ir al gimnasio o hacerte con una, eso sí, pero podrás seguir poniéndote en forma sin el engorro de tener que salir a correr.
Y no solo ese engorro, sino que una de las principales ventajas de los entrenamientos en la máquina elíptica es que no tiene impacto sobre las articulaciones, puesto que se realiza un movimiento circular continuo y los pies no se separan en ningún momento de la superficie de la máquina.
En este sentido, un estudio publicado en el Journal of Strength and Conditioning Research concluía que un grupo de runners experimentados probaron durante cuatro semanas a entrenar únicamente con la máquina elíptica, y encontraron los mismo efectos psíquicos y físicos que cuando salían a correr.
Además, en cuanto al consumo de oxígeno y la quema de grasas y calorías, los resultados también fueron bastante parejos con los de una sesión en la máquina de correr del gimnasio.
Ante esto cabe preguntarse ¿es mejor la máquina elíptica o salir a correr por la calle? La reflexión, evidentemente, es de cada cual, pero para una persona que sufra de dolores de rodilla provocados por el impacto en las articulaciones del running, puede ser una alternativa más que viable para ponerse en forma sin sufrir.
Para aquellos que salgan a correr habitualmente, también puede ser una manera de complementar su entrenamiento, seguir fortaleciendo la musculatura y no sufrir, en este caso, las inclemencias meteorológicas.