32.000 mujeres nada más y nada menos se ponían el despertador esta mañana bien tempranito para lanzarse a la calle a teñir la Gran Vía Madrileña de rosa fucsia.
Unidas por una causa que nos llega a todas, como es el Cáncer de Mama, hoy la alegría y el buen rollo eran los protagonistas de una carrera, donde lo de menos eran los ritmos, y lo que realmente importaba era avanzar juntas haciendo historia del movimiento runner femenino.
Entre las asistentes, había de todo, muchas chicas jóvenes, grupos de mujeres que probablemente queden cada domingo para dar un paseo, todas las influencers del mundo del deportivo, como el equipo de Guerreras Running (foto) con las que tuve la suerte de toparme antes de la salida, y hasta hombres que no se querían perder la experiencia disfrazados de mujer con faldas y peluca (foto)
Para mí lo más emocionante ha sido ver las lágrimas de emoción de algunas amigas que hoy se enfrentaban a su primera carrera al cruzar la meta. Esa sensación de superarse a sí mismas y hacer algo que nunca se creyeron capaces. No hay nada más bonito.
Desde luego para todas aquellas que nunca se hayan atrevido a dar el paso de sacarse un dorsal para una carrera, ésta es una oportunidad buenísima, ya que está completamente permitido hacerla andando. De hecho hay tramos en los que resulta casi imposible correr por la cantidad de mujeres que había.
Otro aliciente sin duda alguna es el recorrido. De los más bonitos en los que participado, ya que recorres todo el centro de Madrid, atravesando Princesa, la misma Gran Vía, Sol, Calle Mayor….con todo el tráfico cortado para que la marea rosa tomara las calles.
La música nos acompañaba durante varios puntos del recorrido, y lo más impresionante, una banda al ritmo de batucada que nos esperaba a llegar al Palacio de Oriente. Inevitable pararse y dar unos botes al son de los tambores. Los turistas que por allí se amontonaban nos miraban alucinados.
Al terminar la carrera, ninguna quería irse a su casa, y el Parque del Oeste se llenó de grupos de mujeres disfrutando de una mañana que invitaba a tirarse al césped a disfrutar del trabajo bien hecho.
En fin, emoción, buenas sensaciones y algo muy muy bonito hay detrás de todo esto para que hoy tantas mujeres se hayan puesto de maquillaje la sonrisa en la cara y hayan disfrutado de algo que en teoría y hace no tanto tiempo…no era para nosotras.
Un olé por todas las que han participado hoy y por una organización de la carrera que sin duda ha hecho un trabajo excelente.