Es muy probable que esto os suene un poco a chino pero si leéis un poco u os movéis por redes sociales veréis que la mayoría de atletas de alto nivel se las ven y se las desean para poder dedicarse a entrenar y competir a tiempo completo.
Casi todos tienen que compaginar sus entrenamientos con trabajo para poder llegar a fin de mes. Además en muchas ocasiones tienen que pagar de su bolsillo viajes y hoteles si quieren competir fuera de España (cosa bastante habitual).
Las marcas deportivas patrocinan y apoyan sí, pero la mayoría de las veces ese apoyo no es suficiente. Casi todas esponsorizan a través de producto: zapatillas, textil y, en algunos casos, con un aporte económico. Y aunque es una buena ayuda esta no llega para que un atleta tenga resuelto su día a día.
La mayoría de atletas profesionales tienen un segundo trabajo. Bien sea en alguna tienda de deporte, como entrenadores de atletas populares, representando marcas de ámbito deportivo (he visto a una atleta chuparse 9 horas en un stand de una feria y tener que viajar 600 kilómetros a las 9 de la noche para competir al día siguiente), dando clases de idiomas, etc. Los caminos para ganarse el sustento son innumerables y en ocasiones de lo más bizarro.
Por otro lado, los profesionales se encuentran que las marcas han empezado a patrocinar a atletas populares "famosos". Es decir, gente que habitualmente corre y que tiene un gran número de seguidores y repercusión en las Redes Sociales.
Es una manera "barata" de llegar a más público y ampliar su mercado. Salvo alguna excepción estos “populares” tienen mucho más tirón que los atletas profesionales que son mucho menos conocidos.
Y ojo, que lo que la estrategia de las marcas para mí es muy lícita. Ellas tienen que vender más y según sus planes de marketing hacen lo que mejor creen. Y en esos planes, el atleta profesional no siempre es la primera opción.
Viendo el panorama nada alentador hay algunos atletas que deciden dar un paso más allá e intentar llamar la atención de posibles patrocinadores. Ha sido el caso reciente de Sandra Morcuera, 4 veces campeona del mundo de Retrorunning (correr de espaldas), que ha decidido hacer un desnudo en la revista Interviú para intentar conseguir que alguna marca se fijase en ella.
No sabemos si lo conseguirá, pero lo que está claro que lo que sí ha logrado es hacer ruido y que se hable de ella. El siguiente paso está un poco más cerca ya que ahora mucha gente la conoce.
Y cuando hablamos de patrocinio perdido o no encontrado no sólo afecta a los atletas, también toca y mucho a las competiciones. Seguro que recordaréis como Cárnicas Serrano salvó a última hora la retransmisión de los mundiales de atletismo de Moscú 2013. Y no entro a hablar de los patrocinios a carreras populares porque eso daría para otro artículo entero.
Desde mi inocencia solamente espero que tanto marcas, pero sobre todo organismos oficiales, se den cuenta que si queremos obtener resultados en competiciones como otros países que nos rodean, habrá que hacer una inversión acorde con esos objetivos. Creo que nuestros atletas se lo merecen.