Después de recibir la ayuda y la supervisión necesaria por parte de los médicos, Andrew decidió realizar la dieta de la patata durante un año. Según expertos nutricionistas, la patata es un gran motor en la nutrición de las personas, pero puede resultar perjudicial por su bajo valor vitamínico.
Por eso, Andrew combinó en su dieta las patatas blancas con las dulces, que le aportaban todas las vitaminas necesarias. El único problema con el que se encontró fue la falta de calcio que tienen, por lo que para asegurarse, Andrew tomaba una leche orgánica especial que le proporcionaba el calcio necesario.
El australiano asegura no haber hecho ningún tipo de ejercicio durante el primer mes de la dieta. Sin embargo, más tarde comenzó a montar en bicicleta durante una hora y media cada día.
El hombre afirma estar mejor cada vez que se realiza un análisis médico. No obstante, médicos y especialistas en nutrición aconsejan no seguir este tipo de dietas tan restrictivas, ya que pueden resultar perjudiciales para la salud.