"Las afecciones bucodentales pueden actuar directa o indirectamente en el deportista, comprometiendo su salud y su rendimiento. Todos conocemos lo incapacitante que resulta un simple dolor de muelas, provocado por una caries o un flemón periapical”, explica el Doctor Enrique Remartínez Burkhalter, médico-odontólogo.
Un proceso agudo no tratado o tratado tardíamente puede dejar hasta una semana a un deportista sin su entrenamiento. En deportistas de élite esto puede suponerles una importante disminución del rendimiento deportivo.
El Doctor incide en que no hay mal pequeño, y unas comunes caries pueden provocarnos más problemas de los esperados pues "estas enfermedades son de origen microbiano y, por consiguiente, existe un paso de gérmenes a sangre y una alteración de las defensas de los organismos", explica.
El doctor Remartínez alerta sobre sus indeseadas consecuencias: "Estos gérmenes o sus toxinas llegan a músculos y articulaciones produciendo una disminución del tono muscular, inflamación articular, cansancio… que nos hacen más propensos a sufrir lesiones musculares".
Pero la lista de dolencias puede ser larga: dolores de cuello están detrás de una mala mordida, una maloclusion defectuosa provoca desequilibrios, etc.
"Un problema muy frecuente en deportistas es el bruxismo, o sea el hábito de rechinar los dientes. Ya sea durmiendo o haciendo deporte va a ser el origen de numerosos problemas para el deportista. Va a provocar dolores de cabeza y de cuello, debido a la contracción mantenida de los músculos implicados", dice Remartínez Burkhalter.
Explica además que este problema puede degenerar en patología dentaría, desde un desgaste de dientes, que repercute en la función masticatoria, a fracturas o fisuras.
Las consecuencias no son ninguna broma. El futbolista Aly Ciossokho vio truncado su fichaje de 15 millones de euros con el Milán tras descubrirse en las pruebas médicas previas que sufría una maloclusión que podría afectar a su rendimiento.
Una visita al especialista y la prevención son premisas imprescindibles para que un problema bucodental no repercuta en tu vida deportiva.
"Yo recomiendo una visita cada seis meses, cada tres si el riesgo de enfermedad es alto. A nivel de casa una buena higiene bucal y una dieta equilibrada son las bases de una buena salud bucodental. Si a esto le añadimos enjuagues con agua y sal marina, unas ocho cucharaditas por litro, haríamos la fórmula perfecta y más barata para asegurarnos una boca libre de los gérmenes más patógenos", explica el Doctor.
Cojan hora con su odontólogo, identifiquen su problema para ponerle solución cuanto antes y apunten estos consejos de nuestro doctor:
1.- En casos de bruxismo, usar aparatos de mordida para reducir las fuerzas musculares
2.- Ajustes de la oclusión para reducir la sobrecarga al disminuir los contactos excesivos a través del recontorneado de la superficie dentaria
3.- Tratamiento restaurador para una mordida constructiva
4.- Usar protectores dentales en deportes de contacto para minimizar el riesgo de traumatismos dentales.
5.- En deportes acuáticos elegir materiales de silicona blanda en las boquillas de los dientes.
Además, el cloro del agua de las piscinas puede erosionar el esmalte dental, ¡mucho cuidado! El rendimiento deportivo empieza en la salud de su boca, mejor lo tenemos en cuenta y ya no habrá problema que interrumpa nuestros entrenamientos.