1.- La Ley de la "compensación": si un día tengo una cena, en el almuerzo, trato de tomar una ensalada o unas verdura a la plancha, y darme un buen paseo aprovechando el rato que le resto a la comida, y viceversa, si tengo una comida, cuando llego a casa a la cena, tomo un poco de pavo, o un yogurt y una infusión.
2.- La Ley de "todo en un plato": normalmente en estas comidas/cenas la comida es abundante. Habrá un montón de platos en la mesa antes de llegar al principal, sobre todo entrantes que creo que es donde realmente reside el peligro.
Trata de seleccionar y no probarlos todos. Yo suelo tener en cuenta el plato principal que voy a tomar después, suele ser carne o pescado, y pienso con qué lo acompañaría si todo estuviera en un mismo plato.
Así, si he pedido pescado, elijo los entrantes con los que lo combinaría y pienso… “pues quedaría bien con un poco de pulpo y ensalada, pero no con los callos”. De esta forma, evitamos también esa sensación de estómago sucio que se nos queda después de estas comidas.
3.- La Ley de "más vale prevenir": esta consiste en tomar una pieza de fruta un rato antes de ir al evento, esto disminuirá la sensación de hambre. Solemos hacer lo contrario, no comer nada en las horas previas para tener más ganas, y es entonces cuando el hambre nos nubla el criterio y nuestra capacidad para saber realmente lo que queremos comer.
4.- La ley de "una bebida más agua": elije cual va a ser tu bebida y pide también un vaso de agua. Por cada trago que des de vino o cerveza, daremos otro traguito de agua, con esto, rebajamos la dosis de alcohol que es lo que más engorda al final de estas cenas y ayudamos a nuestro cuerpo a digerir la comida.
5.- La Ley de "Uno porque yo lo valgo": seguramente los postres vengan en una bandeja donde haya de todo, tartas , turrones, polvorones… Elije el que más te gusta, selecciona sólo uno y disfrútalo, ¡te lo mereces!
6.- La ley de "con agüita caliente": para terminar, una rica infusión, que me ayuda a hacer la digestión. Evito el café o el licor que aumentarán aun más el nivel de calorías. Mi favorita es el poleo menta, que además es muy digestiva. Una bebida caliente aumenta la temperatura de tu interior, favoreciendo con esto el proceso de digestión de los alimentos.
Y lo más importante es no caer en la espiral navideña en la que parece que no hay nada más, y total, ya que tengo todos estos eventos… ¿para qué voy a entrenar? ¡Al revés! Después de hacer ejercicio físico tu metabolismo estará funcionando más rápido y en las horas siguientes tu consumo calórico será mayor. Además disminuyo la ansiedad y es más fácil disfrutar de lo que como.
Apúntate a alguno de los retos navideños, cómo el que yo os propongo #FITINHOLIDAY que consiste en hacer al menos 10 minutos de ejercicio todos los días.
¡Con lo bien lo que sienta una buena comida después de haberte pegado una palicilla! Esto es una de las cosas que más me gusta de correr habitualmente la San Silvestre, la ilusión con la que llego a la cena de Nochevieja después de haber corrido los 10 km, pero a la vez la relajación con la que me encuentro.