"Si compatible significa si se puede fumar y hacer ejercicio, sí. Si está indicado, no; si es beneficioso; en absoluto; si es perjudicial, sí, tanto en el rendimiento, en la salud como a nivel social en la formación y en el ejemplo". Así de claro y contundente contesta el Dr. Franchek Drobnic, responsable del departamento de investigación del Centro de Alto Rendimiento de Barcelona y miembro de SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica).
Pretender ponerse en forma y no abandonar la nicotina no solo supone una contradicción sino que, cuanto menos, merma la capacidad del deportista: "Disminuye entre otras cosas la capacidad aeróbica del individuo; es decir, la capacidad de utilizar bien el oxígeno de la sangre, por lo que el ejercicio de cierta intensidad y sostenidos, así como aquellos que se practican en condiciones de cierta hipoxia, están moderada o seriamente mermados", afirma el doctor.
Balotelli, Özil o Michael Phelps son algunos de los deportistas a los que han podido cazar con un cigarrillo en la mano, un gesto con graves consecuencias en ocasiones a largo plazo. Johan Cruyff, por ejemplo, tuvo que cambiar cigarrillos por caramelos con palo tras sufrir un infarto.
"El consumo de tabaco, la nicotina y otros compuestos inhalados, con el tiempo desestructura ciertas partes de la cadena respiratoria, desde el pulmón a los vasos que llevan la sangre a las células de cualquier tejido, e incluso a estas mismas. Por otra parte, el patrón oxidativo de los fumadores es diferente a los no fumadores, el hecho de practicar ejercicio modula este efecto aumentando el efecto nocivo siendo en algunos individuos pro inflamatorio según la intensidad y duración del trabajo y si siguen fumando". El Dr. Drobnic recuerda que si no es recomendable su consumo, menos aún lo es en el caso de deportistas.
A los deportistas se les recomienda no fumar al menos tres horas y media antes del ejercicio pues cada cigarrillo supondría que menguase la capacidad circulatoria en sus arterias y, en consecuencia, existiría un riesgo mayor de arritmias, infartos o muerte súbita.
Sí, son muchos los inconvenientes y las ventajas brillan por su ausencia, el relax del cigarro está relacionado con su dependencia y dejarlo supone pasar por un periodo de abstinencia igual de perjudicial, un esfuerzo que sin duda es la mejor opción.
Solo abandonando el tabaco el fumador podrá recuperar su capacidad pulmonar para una práctica del deporte satisfactoria; eso sí, el especialista sugiere paciencia, tiempo al tiempo.
"Depende de la cantidad de tabaco fumado, del tiempo que lo haya hecho y de la idiosincrasia del sujeto que, en definitiva, determinan la desestructuración, remodelación que haya sufrido ese pulmón. En algunos es poco tiempo y en otros nunca se recuperará por completo. El transporte de oxígeno se restaura plenamente a las 24 horas, siendo en las primeras 12 casi normal. El ser capaz de hacer un ejercicio se lleva también con una programación progresiva y controlada. Un fumador debería hacerse una buena revisión médico deportiva antes de introducirse en un programa lúdico o competitivo deportivo."
Un solo cigarrillo es suficiente para que notemos cómo afecta a nuestro organismo y rendimiento, ¿no te lo vas a pensar? Definitivamente, chándal y tabaco no hacen buenas migas.