Lo que hace que tengas resultados (buenos o malos) son los hábitos. Si quieres saber qué hábitos son los que, a largo plazo, van a darte los mejores resultados, vamos a ver qué deberías y qué no deberías comer de ahora en adelante.

Siempre

Come proteínas y verduras en cada comida: No hablo de verduras gratinadas, o cubiertas de salsas hipercalóricas. Las verduras frescas, no sólo son ricas en vitaminas y antioxidantes, sino que también contienen fibra y agua, que hace que te sientas más saciado. Y junto a las verduras, no debes olvidar las proteínas, que también te hacen sentirte más lleno mientras contruyes tu musculatura libre de grasa.

Come grasas saludables: Olvídate de las dietas bajas en grasas, no sirven para tanto. Las grasas buenas te ayudan a bajar los niveles del colesterol malo (LDL) y mejoran los del colesterol bueno (HDL). Además también se ha demostrado que ayudan a reducir la grasa abdominal. Asegúrate de incluir grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas evitando las saturadas y las trans. El aguacate, aceite de oliva, y las nueces son unas muy buenas opciones.

Planifica, prepara y al tupper: La mejor manera de llevar una alimentación equilibrada es encargándote tú mismo de ella.  Te recomiendo preparar siempre que se pueda, la comida del día siguiente. Y un truco, lleva siempre en el bolso agua y picoteos saludables para no caer en la tentación de pedir comida rápida cuando te entre el hambre voraz del medio día.

No seas muy duro contigo: Incluso con las mejores intenciones, caer en la tentación es posible que pase alguna vez.  Pues bien, no te martirices y planifica mejor tu siguiente comida. Hundirte en la culpabilidad puede incluso hacerte ir a peor y acabar dejando lo que tanto te ha costado empezar.

Jamás

Bebas calorías: Las bebidas gaseosas, zumos concentrados y otras bebidas que puedes comprar en el supermercado, son justo lo que hace que no bajes de peso. No contienen nutrientes reales, y no son más que azúcar y calorías vacías.  La única excepción aparte de los zumos naturales, son lo smoothies. Prueba a elegir ingredientes ricos en fibra, proteínas y grasas saludables.

Te saltes una comida: Cuando quieres cambiar tu cuerpo, la nutrición es la clave. Intenta hacer las famosas 6 comidas diarias. Y cuanto más conozcas de dónde viene esa comida o de qué está hecha, mejor. Asegúrate de que la proteína está presente en cada una de ellas y estarás yendo por el buen camino.

Comas fritos: Aunque esto ya lo sabrás, los fritos no deberías tomarlos ni siquiera en un desliz. Esta comida es muy accesible en cualquier lado, pero las cantidades de grasas trans que contienen debería ser suficiente para asustar a cualquiera.

Tomes azúcar por la noche: Los hidratos de carbono deben ser la carga principal del desayuno, e ir reduciéndose a medida que se acerca la noche. Piensa que los hidratos te dan la energía que por la noche no necesitas.