Las verduras en una dieta son siempre muy aburridas, por eso los expertos en nutrición no se cansan de repetirlo: para adelgazar y estar en plena forma es tan importante llevar una rutina de ejercicio como mantener unos hábitos nutricionales adecuados. Es de cajón que no sirva de nada que te mates a hacer deporte si llevas después una dieta grasa y ultracalórica, y viceversa. Empieza a organizar bien tus comidas y evitarás que las grasas se acumulen donde menos te lo esperas.
1. ¿Dieta o ejercicio? Lo primero es lo primero
Ten clara la siguiente idea: para perder grasa hay que quemar más energía de la que ingerimos. Esto no quiere decir que te obsesiones con contar calorías pero sí debes ser consciente de lo que comes, para qué sirve y cómo ayuda o anula a tu objetivo de perder peso.
La elección de alimentos saludables parte de tener unos conocimientos básicos sobre los alimentos, de lo contrario, cualquier dieta o estrategia será inútil. El experto en fitness Julian Hayes, revela un secreto para conseguirlo que deberían seguir especialmente aquellas personas que apenas realizan ninguna actividad física: “Hay que hacer una selección de alimentos saludables que impulsen la pérdida de peso antes de iniciar cualquier dieta milagro o tablas de ejercicio extremas”.
2. Macronutrientes: encuentra el equilibrio
Habrás escuchado unas cuantas veces aquello de que los carbohidratos son la gasolina que necesita el cuerpo para tener energía durante el día. Pero los extremos nunca son la mejor opción y no puedes basar tu dieta en los hidratos de carbono, también necesitas que estén presentes los otros dos macronutrientes básicos: proteínas y grasas.
Cada macro tiene un papel fundamental para ayudarnos a quemar grasas y cuidar de nuestra salud, y eliminar uno u otro radicalmente estropeará tus objetivos. Ten en cuenta que, por ejemplo, las proteínas desempeñan un papel clave en el desarrollo de las uñas, la piel, el cabello y, sí, en el de tus músculos. Asimismo, las grasas son beneficiosas para tu organismo porque nos mantienen saciados y controlan que nuestras hormonas estén en niveles adecuados.
Aunque un régimen restrictivo o una desintoxicación rápida pueden dar resultados a corto plazo, con el tiempo tienden a traducirse en efectos negativos como una subida de peso rápida o la falta de vitaminas y nutrientes básicos. ¡Error! A medio y largo plazo se recomienda una dieta moderada, equilibrada y, sobre todo, duradera. No te rindas a la primera ni te pases dándote caprichos de cuando en cuando.
3. Hazte un menú y ahorra energía
Cuando se trata de seguir una dieta adecuada, nuestra fuerza de voluntad tiende a brillar por su ausencia. Pero no es por glotonería o vagancia, cuantas más cosas tenemos que decidir a lo largo del día -desde qué ropa ponernos hasta qué autobús coger o qué tareas tenemos que afrontar primero- más nos agotamos, y alguna que otra se nos termina pasando por alto.
No dejes que la alimentación sea una de ellas y prepara tus platos con antelación. Automatizando tus hábitos alimenticios diarios te sobrará un montón de energía para que tu fuerza de voluntad pueda afrontar otras decisiones importantes sin sabotear tu objetivo de perder peso.
4. Aprende a saciarte saludablemente
Vale, estás tratando de comer saludable para adelgazar, pero la única forma de que tu dieta funcione es que no te lleve demasiado esfuerzo hacerla y, sobre todo, que no estés ansioso y muerto de hambre todo el día.
Hay gran cantidad de alimentos que sacian nuestro hambre y nos mantienen llenos más tiempo -los mencionados macronutrientes se llevan la palma en este campo-, procura tomarlos en las primeras horas del día para que después te baste con picar algo ligero sin necesidad de atiborrarte. Frutas, verduras o embutidos bajos en grasa serán tus mejores aliados.
Trata de hacer cinco comidas al día -tres potentes y dos snacks que no deberían superar las 200 calorías- y sobre todo, no te obsesiones. “La única manera de encontrar la dieta óptima es experimentar y probar hasta encontrar la combinación perfecta para lograr tus metas”, sentencia Hayes.
5. Ten en mente tus objetivos (a largo plazo)
No basta con pensar en perder equis kilos en un determinado plazo. De esta manera lo único que conseguirás es que, de no conseguirlo, te sientas decepcionado y no quieras volver a intentarlo. Mantenernos en forma, con una dieta adecuada y sin dejar de lado el deporte, es una carrera de fondo.
No pasa nada si no puedes ir un día a correr o tienes una comida familiar y te pones fino a tarta. Tu nuevo estilo de vida saludable es a largo plazo, y un mal día lo tiene cualquiera. La clave está en afrontar los siguientes con toda tu energía y convicción.