Un paseo, un trayecto en metro o dar una vuelta por el centro comercial son motivos suficientes para que el tono blanco de tus zapatillas se esfume. Por ello, hasta que salgan al mercado unas zapatillas resistentes al polvo, te dejamos tres trucos caseros para conservar tus zapatillas tan blancas como el primer día.
Frota con toallitas de bebé
Si las deportivas son de cuero, el mejor remedio es limpiarlas con un trapo para quitarles el polvo y posteriormente frotar las manchas con una toallita de bebé. Son baratas, efectivas y las venden en cualquier supermercado así que, ¿a qué esperas para hacerte con un pack?
Borra que te borra
Este truquillo solo es apto para aquellos que tienen mucha paciencia. Se trata de pasar un trapo a las zapatillas, coger una goma de borrar y eliminar todas las motas de polvo. Es el truco más económico, porque todos tenemos una goma de este estilo en casa.
El "método lavaplatos"
Como en los dos trucos anteriores, lo primero que hay que hacer es limpiar el polvo de las zapatillas con un cepillo o con un trapo. Posteriormente, quítales las plantillas y los cordones y lávalas con el jabón que utilizas para lavar los platos. Para aumentar su efectividad, frota haciendo círculos y siempre en el mismo sentido.
Una vez que conoces estos trucos, hay algo más que debes hacer para que tus zapatillas parezcan recién compradas y es no dejarlas nunca tiradas por casa y, si es posible, guardarlas dentro de su caja original. Así evitarán posibles roces, pisadas y acumulación de polvo.