En muchas ocasiones ocurre que nos apuntamos al gimnasio con la mejor de nuestras intenciones pero nos olvidamos de preguntar a los monitores qué ejercicios son mejores para nosotros y qué máquinas son las más peligrosas. Así que te lo vamos a decir nosotros para que luego no te lleves una sorpresa.
1.- Prensa de piernas
Una de las máquinas más peligrosas porque nunca sabemos muy bien cómo utilizarla, cómo debemos tumbarnos en ella, cuál es el movimiento adecuado que tiene que hacer la pierna para trabajar bien. Es un nido de lesiones de pierna importante.
El riesgo principal de esta máquina es que te puede crear una hernia de disco muy fácilmente, ya que todo el peso que levantas con las piernas va a parar a la parte baja de la espalda, a las lumbares, que se someten a una gran presión y pueden dar lugar a esa lesión.
2.- Levantamiento de pesas
Vale, no es una máquina en sí misma, pero también lo puedes hacer en el gimnasio. Muchas veces nos creemos que hacer pesas es coger una mancuerna que podamos subir y bajar con determinada facilidad y darle caña. No es así del todo.
Los músculos necesitan de una rutina, de una forma de hacer el trabajo. No todo vale. Por ejemplo, ¿sabías que dependiendo del peso y las repeticiones que hagas tu músculo tomará una forma u otra? Igual querías ir al gimnasio para estar más fibroso y sales de allí hecho todo un 4x4 por no haber entrenado bien. Pregunta al entrenador.
3.- Press de pecho sentado
Uno de los errores más comunes que se cometen en esta máquina es que te sientas demasiado abajo, con la cabeza sobresaliendo, la espalda mal colocada y los hombros demasiado arriba.
No hay que ser un ingeniero para saber que, en esa posición, en cuanto empieces a levantar peso, te vas a dejar la espalda y los hombros en el intento.
Consejo: todas las máquinas tienen (o deberían tener) las instrucciones de uso pegadas en un lateral, precisamente para evitar lesiones que puedan acarrear también problemas para los propios gimnasios. No están ahí para adornar las máquinas, así que hazles caso.
4.- Cinta de correr
Sí, sí, como lo lees. Parece que es una máquina a priori sencilla: te subes, le vas dando potencia y vas corriendo poco a poco. Sin embargo, en Estados Unidos se registran cada año unos 24.000 incidentes con este tipo de máquinas en los gimnasios.
Lo más habitual son las caídas y los resbalones, sobre todo causados por un despiste. ¿A quién no le ha pasado que se queda anonadado viendo la televisión que tiene la máquina y, cuando se quiere dar cuenta, está casi fuera de ella?
Otro de los problemas clásicos es salir de la cinta de correr sin haber parado del todo la velocidad, por lo que la caída puede ser de campeonato y quedar muy bien los Instagram de los presentes en el gimnasio.
Conclusión: utiliza siempre las máquinas que conozcan cómo funcionan y, si no te queda algo claro de su funcionamiento, no dudes en preguntar al monitor del gimnasio. Hoy en día ya hay gimnasios en los que no hay monitores, pero seguro que alguna persona de las que estén entrenando como tú te pueden ayudar a utilizar esa máquina correctamente y que no acabes lesionado por el simple hecho de no preguntar.