Está claro que fumar, beber y seguir una dieta alta en calorías y grasas no ayuda a que tu organismo esté preparado para limpiarse adecuadamente cada día. Pero hay más: el sedentarismo es uno de los peores enemigos de los pulmones sanos y deteriora nuestra capacidad respiratoria paulatinamente, en silencio, sin apenas dar aviso.
Ya sabemos que te resulta complicado no pasar horas y horas sentado en una silla frente a tu escritorio y que no dispones de mucho tiempo para andar inspirando y expirando, entrenar a diario como un profesional o procurar mantener una alimentación saludable sin saltarte de vez en cuando las reglas establecidas.
Claro que también sabemos que una simple carrera mañanera para no perder el autobús te cuesta la vida. Ponle solución.
1. Practica yoga. Es una de las mejores actividades para mejorar nuestra capacidad pulmonar. Ejercicios de relajación y entrenamiento muscular basados en respiraciones profundas que, además de cuidar de tu físico, te ayuda a ejercitar los pulmones para aguantar la respiración durante más tiempo. Y lo más importante: aprender a administrar mejor el aire. Sí, también vale el pilates.
2. Toca un instrumento. Aparte de los ejercicios físicos basados en la respiración abdominal, otros que requieran de una respiración profunda como tocar un instrumento de viento (flauta, trompeta, saxofón o el que te atraiga más) puede ayudar a fortalecer tus pulmones.
3. Hincha un globo. No hace falta que estés en unas clases de preparación al parto para inspirar profundamente y exhalar el aire de tal manera que se aproveche hasta el último centilitro que quede en tus pulmones. Una de las maneras más sencillas de aumentar tu capacidad pulmonar es hinchar un globo a menudo. Verás como a los pocos días lo llenas con un solo soplido. Muy útil si además ayudas a organizar fiestas de cumpleaños.
4. Natación. Como ocurría con el yoga –y, sí, prácticamente con casi todos los deportes basados en la resistencia como también ocurre con el running–, la natación requiere que nuestros pulmones funcionen correctamente para poder mantenernos a flote y avanzar contra la presión del agua. Practícala a menudo y no dependas de la efectividad de los manguitos para no ahogarte.
5. Siéntate bien. No solo influye en tus molestos dolores de espalda. Sentarte mal –con las piernas cruzadas, sin los pies en el suelo y sin apoyar la espalda sobre el respaldo– afecta a tu respiración ya que ejerces una presión sobre costillas y pulmones que acabarás notando cuando te pongas de pie y eches a andar.
6. Pasea. Se recomienda caminar al menos media hora al día a una velocidad moderada – ¡tan efectivo o más que ir al gimnasio!– para mantener nuestro cuerpo activo y cuidar de nuestra salud. Claro que, si lo haces en ciudad, la contaminación no ayuda demasiado a que tus pulmones se limpien. Emigrar al campo al menos un día a la semana para hacer senderismo y procurar subir a zonas altas será la mejor opción para poner a tus pulmones a trabajar duro y oxigenarlos.