1.- Respirar. Así, como suena. No es broma. El secreto es hacerlo de forma consciente. Implicando a nuestro abdomen. Túmbate sobre una colchoneta con las piernas flexionadas o siéntate en una silla con la espalda bien recta.
Coge aire y expúlsalo a fondo varias veces para limpiar tus pulmones. Acto seguido, inspira profundamente llevando el aire hacia tu abdomen. Coloca las manos sobre tus costillas para notar cómo se abren, se extiende tu diafragma y se hincha tu vientre. Reten el aire y, al expulsarlo, cierra las costillas y contrae tu abdomen desde el suelo pélvico, tejiendo una especie de faja natural.
2.- Caminar: Pero hazlo a la antigua usanza: sin mirar el móvil cada tres segundos. Desconecta de tus grupos de guasap y concéntrate en tu paseo. Siente los músculos que implicas al dar cada uno de tus pasos y presta atención a tu tripilla. En trabajarla.
Pon en práctica lo aprendido con la técnica de respiración abdominal y aprovecha para meterle a caña a tus músculos casi sin darte cuenta. Inspira… Suelta el aire y contrae tu ‘faja abdominal’.
3.- Hinchar globos: Que sí, que funciona. Ojo, no se trata de convertirlo en una rutina diaria. Si no en otro momento ‘tonto’, ganado para la causa de un esplendoroso ‘six pack’. Ponlo a prueba en cualquier cumpleaños.
Ofrécete voluntario para hinchar los globos. Toma aire por la nariz y vacía tus pulmones en cada soplido, sintiendo la contracción abdominal desde el suelo pélvico hasta las costillas. Alucinarás.
4.- Reír: Increíble, pero cierto. Todavía hay quien, a estas alturas, subestima el poder de la risa para esculpir nuestra tripa. Pues lo tiene. Y mucho. Reír provoca una activación asombrosa de nuestros músculos, desde la cara hasta las zonas situadas al ‘sur’ de nuestros ombligos.
Al expulsar el aire en cada carcajada, contraemos nuestra pared abdominal, trabajándola intensamente y sin darnos cuenta. Estaremos más tonificados y, lo que es más importante… más felices.
5.- Bailar el 'hula hoop': Ideal para afinar la cintura y trabajar todos nuestros abdominales. Las cosas como son, resulta mucho más difícil bailarlo de mayor que cuando eres niño pero, si lo logras, las agujetas están aseguradas. Además de movilizar todo nuestros músculos del torso, el suave masaje que produce el aro al girar nos ayuda a mitigar los efectos de los gases.
6.- Hacer el amor: El más completo, placentero y efectivo entrenamiento jamás ideado. El abdomen juega un papel clave en el desempeño de la ‘faena’. Y, la explosión de endorfinas producida durante el ‘acto’, hace que cualquier alarde físico pase desapercibido. Al menos, durante…