Tu piel puede verse más blanda, tu pecho más caído, y, aunque aprecies la atención que te prestan tus compañeros, seguramente te apetezca un descanso de contar cómo lo has logrado.
Los psicólogos dicen que hay un fenómeno llamado “shock de la pérdida de peso” donde argumentan que lleva un tiempo a nuestra mente para acostumbrarse a nuestro nuevo cuerpo. Vamos a ver nueve efectos colaterales que tiene la pérdida de peso.
1.- Tienes frío todo el tiempo: Ahora dejas de quitarte la cazadora en el cine, y ponerte debajo del aire acondicionado en un restaurante te parece una tortura. La grasa es un aislante natural, y por eso, si la eliminas te vuelves más sensible a los cambios de temperatura. Ahora lo único que tienes que hacer es coger el hábito de llevar siempre una chaqueta contigo.
2.- Tienes que reajustar tus anillos: La próxima vez que te des crema en las manos puedes observar que tus dedos se han vuelto más finos y espigados. Recuerda que la grasa no sólo está en la barriga y en las cartucheras. Cubre todo el cuerpo, incluyendo los dedos. Si pierdes grasa es probable que tengas que ir pensando en llevar tus joyas para reajustar la talla.
3.- Cambian tus ganas de dulce: Puede parecer mentira pero seguramente tu deseo de comer azúcar disminuya después de haber perdido peso. Cuando empiezas a dejar de tomar azúcar, tu cuerpo va dejando de necesitarla y cada vez te pide menos.
Así que si has estado controlando el azúcar durante tu periodo de dieta seguramente te hayas condicionado a estar satisfecho con menos cantidad.
4.- Te hacen falta zapatos nuevos: Como dije antes, cuando pierdes peso, quemas grasa de todo el cuerpo. Y eso incluye tus pies. Así que no te asustes si de pronto te empiezan a bailar los zapatos. Y puedes mirarlo por el lado positivo: las botas ahora te abrochan mejor, y los tacones ya no te dolerán tanto (piensa además que están sujetando menos peso).
5.- La gente puede no notarlo: Aunque hayas perdido 15 kilos, seguramente empieces a oír cumplidos cuando hagas que los demás se den cuenta de tu logro. Resulta que si lo has estado haciendo bien y has ido perdiendo peso poco a poco los que rodean apenas lo notan. Solamente lo empezarán a notar el día en el que decidas ponerte más escote, o unos vaqueros más ajustados, o una camisa marcando pectoral.
6.- Tanto cumplido a veces cansa: Al principio gusta que te digan lo bien que estás o lo en forma que se te ve. Pero llega un punto en el que lo mucho agota. Al final, como todo, depende de cómo lo interpretes. Y cuando has escuchado por enésima vez todo lo que has adelgazado, empiezas a entenderlo como “antes parecías un camión”.