Pero lo que también es cierto es que llevar una vida saludable y una alimentación equilibrada no puede hacer, sino va a hacer que tus bolsillos se vean beneficiados. Parece una paradoja, pero vamos a ver cómo ser una persona delgada y saludable puede hacerte ahorrar algunos eurillos.
Resulta que en 2013, se hizo un estudio en la Universidad de Duke donde se evaluó los gastos que ocasionaba el cuidado de la salud en relación con los índices de masa corporal.
Los costes anuales de media para las personas con un IMC (Índice de Masa Corporal) de 19 fue de 2.541 dólares. Aquellos con un IMC de 25, lo que se considera sobrepeso, fue de $2.893, mientras que los que tenían un IMC de 33 (obesos), sus gastos anuales ascendían a $3.439.
Pero estos gastos van más allá de las consultas médicas. En 2010, un estudio de McKinsey estimó que los americanos obesos gastan un extra de 30 billones de dólares en ropa. Además, una persona obesa de 40 años pagará el doble por su seguro médico.
Para más datos, y esto sí es muy curioso, en 2012 se publicó un estudio en el International Journal of Obesity donde se preguntaba a los participantes que evaluaran unos CVs con foto.
Sorprendentemente, las personas con sobrepeso partían con sueldos más bajos ya que explicaban que éstas tenían un menor potencial de liderazgo (¿discriminación?, lo es, ¿realidad?, lamentablemente también). De media una persona obesa cobraría un 2.5% menos que aquellas con su peso ideal.
La mejor ayuda, gratis
Llevar un diario de comidas está demostrado que funciona. Y vamos con otro estudio. En 2012 se publicó en el Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics que los participantes que registraban sus comidas perdían 2.5 kgs más que los que no lo hacían.
La investigadora Anne McTiernan cuenta que es todo mental. Dice que es difícil hacer cambios en tu alimentación, si no le prestas la suficiente atención.
Puedes apuntar todo lo que comes en un cuaderno o descargarte alguna aplicación gratuita para smartphones que te registra lo que comes e incluso las calorías que ingieres. Este es el mejor comienzo, y más barato, para empezar a perder peso.
Ayuda en la que merece la pena invertir
Hay sitios donde te hacen programas específicos que te señalan lo que debes comer y cuándo debes hacerlo.
Esto, para la gente que no se quiere comer la cabeza es una muy buena oportunidad ya que puedes anticipar tu menú, e ir a la compra sin hacerlo a ciegas. Además sabrás cuántas calorías estarás comiendo, e incluso podrás conocer el resto de nutrientes.
Pero, por si no te lo crees, vamos con otro estudio. En 2014, un estudio publicado en la revista Obesity examinó la eficacia de la inversión en estos programas.
Se demostró que aquella gente que acudía a un nutricionista para que le hiciera un seguimiento de la alimentación, pagaban en torno a 5 dólares por semana.
Por otro lado, aquellas personas que acudían a un médico para medicarse con Qsymia (que se suele recetar a gente con un IMC mayor de 30 y no siempre lo cubre el seguro, se gastaban aproximadamente $1.366.
Por último, y ya llegando al extremo, las personas con un IMC mayor que 40 que tenían que acudir al quirófano para una operación de cirugía bariátrica, podían llegar a gastarse hasta $20.000.