Si eres de las dedica más energía a buscar excusas para justificar su vida sedentaria en lugar ponerse las pilas y empezar a moverse, abre los ojos y lee esto con atención.
A lo largo de las 24 horas del día, existen multitud de momentos para ejercitarte casi sin darte cuenta. Y en los lugares más extraños. Sin necesidad de ponerte el chándal. Ni ponerse unas zapatillas de deporte. Ni sudar.
El secreto radica en convertir pequeños actos cotidianos en ocasiones para moverse. En tomar conciencia de tu cuerpo y acostumbrarte a trabajarlo en cada situación, en cada postura.
¿No me crees? Apunta estos consejos. Lo primero y más importante, adquiere conciencia muscular. Trata de identificar los músculos implicados en cada uno de tus movimientos habituales para trabajarlo de forma consciente.
1.- Anda erguida, a paso ligero y con los hombros bien atrás. Tripa para adentro. Recuerda a tus músculos abdominales que han de hacer su trabajo, concéntrate en ellos y mete glúteos. Que cada paso sea una llamada de atención tu trasero. 20 minutos, media hora… ¡una hora! El tiempo lo marcas tú.
2.- En el Metro o en el autobús aprovecha para hacer contracciones de glúteos y respira con tu abdomen para tonificar la tripa. No temas. Nadie se dará cuenta. Los únicos que lo notarán son tus músculos.
3.- Si pasas mucho tiempo sentada en el trabajo, estira en cuello, los brazos y la espalda ante el ordenador.
4.- Estira tus piernas bajo la mesa. Levántalas y ejercítalas moviendo tus pies: delante, detrás, en círculo
5.- Respira con el abdomen. Coge aire por la nariz, pon las manos sobre tus costillas y siente cómo se abren. Mantelo por unos segundos en tus pulmones. Expira y cierra tus músculos abdominales, desde tu suelo pélvico hasta tus costillas.
6.- De vez en cuando, olvídate del teléfono y del correo electrónico. Recupera la hermosa costumbre de hablar con tus compañeros cara a cara y, en los trayectos, aprovecha para caminar o subir escaleras.
7.- Aprovecha cada visita al baño para estirar y, si tienes espacio, haz sentadillas. La circulación de tus piernas lo agradecerá.
8.- Utiliza las bolsas de la compra como mancuernas para trabajar tus bíceps y tríceps.
10.- Juega con tus hijos. Corre, salta, tírate por el tobogán… ¡Disfrutarás como una niña!
11.- Camina por tu casa de puntillas, con los glúteos bien contraídos y el abdomen hacia adentro.
12 .- Aprovecha cada objeto que tengas que recoger del suelo para hacer una sentadilla.
13.- Mientras cocinas, ejercita tu tripa con la respiración abdominal y haz contracciones de glúteos.
14.- ¡Baila! Organiza una dance party con tus hijos antes del baño. Suéltate el pelo. Suelta el estrés diario y desinhíbete.
15.- Reinventa la limpieza de tu hogar. Colócate dos bayetas en los pies y.. ¡patina! Lo sé, parece una locura, pero es mucho más divertido y el suelo te quedará perfecto.