Muy poca gente duda ya, a estas alturas de la vida y de las noticias virales, de que el amor engorda. Lo han dicho múltiples estudios, entre ellos el de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, que afirmaba que cuando se está en pareja se suelen ganar, de media, 4,5 kilos.
Sin embargo, hasta ahora, no sabíamos las consecuencias que esto podría acarrear al amor efervescente de las parejas. Hasta ahora.
Un equipo de investigadores de una empresa dedicada a las dietas, El Método PnK® de PronoKal Group®, han publicado un estudio realizado a tan solo 150 personas en el que afirman que el 75% de los participantes han dicho que el sobrepeso de su pareja afecta negativamente a su relación.
Más que una cuestión meramente física, los encuestados explicaban que “el principal problema es la baja autoestima, con un 52%, seguido de problemas sexuales 31% y problemas para concebir 16%”.
No obstante, el dato más preocupante no es ese 74%, sino que el 94% (sí, el 94%) de los hombres se han planteado alguna vez dejar a su pareja si esta aumentara de peso de manera drástica. Para ellas, la respuesta es totalmente contraria: el 94% no lo dejarían si él aumentara de peso.
Este dato, curiosamente, entronca con otro de un estudio de la Universidad de Aberdeen (Escocia), en el que la principal conclusión fue que los hombres se sentían más atraídos por las mujeres que tenían un Índice de Masa Corporal inferior a 24 por un motivo de "fitness de evolución".
Otro de los aspectos que preocupan en relación al sobrepeso es a la hora de encontrar pareja. El 70% de los 150 encuestados/as respondieron que, efectivamente, esto supone un problema a la hora de ligar con alguien, ya que se crean una serie de prejuicios nada favorables a culminar en buen puerto el acto de ligar.
Y un dato curioso que arroja la encuesta, a la par que preocupante: el 60% de las personas jóvenes (entre 18 y 55 años) creen que el sobrepeso afecta de forma negativa a la hora de fijarse en una persona como posible pareja. Sin embargo, para el 75% de los mayores de 55 años creen que esto no condiciona la búsqueda.
Este dato debería plantearnos la reflexión de si realmente todos los mensajes publicitarios que reciben ese primer grupo de personas no están estereotipando (aún más) a una sociedad ya de por sí repleta de estereotipos físicos. Y, si es así, habría que reflexionar sobre si ese es el camino que realmente queremos para nuestros jóvenes de hoy y adultos de mañana.