"El masaje realizado antes del ejercicio sirve para preparar la musculatura al esfuerzo mientras que la masoterapia post-ejercicio tiene una finalidad de recuperación y relajación muscular. En ocasiones incluso se utiliza en momentos de descanso durante la competición para tratar molestias, dolores o pequeñas lesiones que puedan ir apareciendo", explica David Gutiérrez España, fisioterapeuta del Hospital Universitario de Móstoles, que especifica que aunque no se diferencia mucho técnicamente de cualquier otro masaje, sus objetivos están dirigidos exclusivamente al deportista y sus necesidades.
Se utiliza trabajando el grupo muscular implicado en el ejercicio del deportista. Un fisioterapeuta es el único profesional capacitado para darlo, siendo "especialmente eficaz en el tratamiento de problemas musculares tales como sobrecargas, contracturas, calambres, roturas fibrilares...", recomienda el especialista, que, sin embargo, advierte de que no quiere decir esto que sólo pueda usarse a nivel muscular, pues también ayuda en la recuperación de lesiones ligamentosas, como por ejemplo en esguinces, o tendinosas como tendinitis, muy habituales en la práctica deportiva.
Un masaje intenso optimizará nuestra capacidad muscular y ayudará a activar la circulación, preparando el cuerpo para otros retos y esfuerzos. Los beneficios del masaje deportivo se notan de inmediato, pues como nos cuenta el fisioterapeuta del hospital mostoleño "comienzan desde el mismo momento de iniciar su aplicación, pudiendo extenderse su beneficio más o menos tiempo dependiendo de los cambios que se hayan conseguido a nivel muscular, del momento en que se vuelva a realizar actividad física...".
La intensidad del masaje dependerá de la lesión y del deportista, y nunca habrá efectos rebote, la creencia popular de que un masaje efectivo puede hacernos subir la fiebre como una reacción normal tras la manipulación del músculo es un mito.
"Es absolutamente falso que un masaje pueda hacer subir la fiebre, de hecho la existencia de fiebre es una contraindicación para la aplicación de masoterapia. Lo que sí suceden son una serie de cambios a nivel local, como el aumento del aporte sanguíneo a la zona, mejora del metabolismo, etc., que pueden conllevar un aumento de temperatura en la zona de aplicación del masaje", afirma contundente el fisio.
Se realizarán con aceites o cremas que permitan un suave deslizamiento por la piel, y lo recomendable es llevar la zona rasurada para evitar tirones dolorosos y hacer más fácil el trabajo del fisioterapeuta.
Una vez preparados, a base de presiones, estiramientos, fricción... se irán combinando movimientos para mitigar dolores y preparar la musculatura, recomendándose hacer masajes de mantenimiento que aseguren una correcta elasticidad.