“El masaje tailandés combina los beneficios del masaje deportivo con estiramientos y presiones profundas. No solo debemos relacionarlo con técnicas relajantes, ayuda a rendir al máximo porque acondiciona el cuerpo para grandes esfuerzos”, aclara Yommana Thiengtham, terapeuta y directora de Yommana Thai Concept.
El tailandés en un masaje perceptivo a base de estiramientos que prepara al deportista antes del ejercicio, durante y después, siendo “primero necesario examinar el cuerpo para saber si el deportista está listo para el esfuerzo, siendo aconsejable un masaje que consiste en relajar y estirar bien los músculos. Se recomienda hacerlo dos días antes del ejercicio”, asegura la especialista.
Su capacidad terapéutica lo hace especialmente efectivo en aquellos que necesitan darlo todo en un momento concreto. Un cuerpo preparado será capaz de aguantar mayor presión. A base de combinar presiones y mantener el ritmo respiratorio se consigue distender los músculos “antes de” y a recuperarse de forma rápida tras la práctica del deporte.
“El músculo contracturado por el esfuerzo bloquea los movimientos, por eso hay que relajarlo, situarlo en su sitio. Pero no solo palpamos a nivel muscular, llegamos hasta el fondo, hasta el hueso”, la terapeuta, formada en el Old Medical Hospital Shivagakomarpaj de Chiang Mai, defiende una técnica cercana a la osteopatía y que en Tailandia es considerada disciplina médica. Es lo que se entiende como un masaje consciente, en el que el tacto del especialista y saber escuchar la respiración son claves en la recuperación de una lesión.
“Es un masaje que se hace con mucha calma, muy despacio y que siempre arranca con un amasamiento con las palmas de las manos. Una vez que los músculos están relajados se presionan con las yemas de los dedos los puntos de energía. Hay que masajear de forma profunda para llegar al tendón y notar el hueso para 'recolocarlo' en caso de necesidad”, explica Yommana. Así, presionando las llamadas líneas sen o líneas energéticas y una vez estimuladas, se consigue una mejora en la circulación sanguínea.
Aunque lo usual es usar las manos, hay casos en los que también se utilizan los codos y las rodillas para buscar aquellos puntos que descontracturen los pinzamientos del deportista. Para varones gruesos, cuando se necesita una presión mayor o en casos en los que es necesario estirar a la vez que se busca oprimir un punto concreto, el especialista utilizará su cuerpo para tratar al paciente subiéndose encima colocando rodillas, pies o codos en puntos dañados que necesitan ser relajados.
Son movimientos que deben ir de la mano de un ritmo respiratorio adecuado, una de las principales diferencias con respecto a un masaje deportivo convencional. Solo si se respira bien se relajará el cuerpo al 100% y se evitarán o aliviarán posibles dolores, el diafragma es también un músculo que además puede ayudarnos a sacarle partido a nuestras capacidades deportivas.