Lo más importante de este ejercicio es hacerlo bien. Muchas personas creen que lo saben realizar y sin embargo su técnica no es la adecuada. Tiene un montón de variantes y es parte de los famosos “burpees”.
Los fondos pueden ser de pecho o de tríceps, dependiendo de la colocación de los brazos, pero también entran en juego el hombro y la espalda, sin contar que en isométrico trabajamos el recto abdominal y los oblicuos, y dependiendo de lo que hagamos con las piernas incrementamos la dificultad y la capacidad aeróbica.
Es muy importante la colocación. Partes de posición de plancha y flexionas los brazos con todo el cuerpo activado. Si no tienes fuerza suficiente, puedes empezar de pie poniendo los brazos en la pared y los pies separados y bajas hacia la pared. Luego, cuando mejores, puedes hacerlo de rodillas en el suelo y finalmente pasar a la posición de plancha.
Importante también es que los brazos estén separados a la altura de los hombros y bajar todo el cuerpo igual de recto, porque mucha gente comete el error de no apretar el abdominal y dejar caer la cadera. Así que mucho cuidado con esto.
Al principio hay que hacerlos lentos para tener conciencia del movimiento y una vez que adquiramos la fuerza necesaria, ya podemos aumentar el ritmo y las variaciones.
Los fondos de tríceps son más difíciles pero son súper efectivos y en ellos el truco es pegar los brazos cuanto más se pueda al cuerpo y mantener los hombros arriba. De otra forma, están mal realizados.
Una vez que somos unos pro ya podemos cambiar ritmo y meter variaciones con las piernas. Y hacerlos con un brazo, que ya es la prueba de que eres un súper pro de los push up.
Intenta hacer 10 fondos de pecho, descansa 10 segundos y luego 10 fondos de tríceps, descansa otros 10 segundos y luego 10 fondos flexionando las piernas al subir.
¡Y a tope con la fuerza!