Se acerca el buen tiempo y los rezagados con la operación biquini empiezan a barajar posibles soluciones a los kilos de más acumulados en el invierno. Pero seamos sinceros, no a todos nos motivan las salas de máquinas de los gimnasios o los entrenamientos aptos para gladiadores.
Si eres de los que sólo cargan peso al coger las bolsas del supermercado, te damos una opción más divertida para ponerte en forma antes del verano... empieza a bailar y en poco tiempo verás cómo lo agradece tu cuerpo. ¿No nos crees? Pues aquí van cinco cambios que se producirán en unos meses si le dedicas dos o tres horas a la semana.
Figura esbelta
El baile es el mejor amigo de cualquier dieta saludable. Si estás pensando en perder peso es importante incluir el ejercicio como complemento a tu plan de adelgazamiento. Bailar es un trabajo aeróbico que te ayudará a quemar calorías de forma sencilla.
En una clase de una hora de una disciplina de intensidad media, como la salsa, podrás deshacerte de unas 300 o 400 calorías. En una clase intensa de Zumba podrás decirle adiós a 800. Además, la pérdida de calorías irá acompañada de una disminución de la grasa corporal y una mejora notable de los niveles de colesterol o triglicéridos en sangre. No sólo te verás mejor por fuera, sino que tu analítica también lo agradecerá.
Corazón a prueba de bombas
Bailar es un ejercicio aeróbico perfecto para poner en forma nuestro corazón. Con dos o tres horas de baile a la semana mejorarás tu frecuencia cardiaca, regularás la tensión y con ello conseguirás mejorar los niveles de oxígeno en tu torrente sanguíneo. Aumentarás tu capacidad pulmonar y con ello la resistencia. Sentirás que te fatigas con menos facilidad y conseguirás ir cogiendo fondo poco a poco.
Huesos de acero
Bailar es una buena herramienta para prevenir la osteoporosis, sobre todo en las mujeres. Es un ejercicio que, de forma moderada y progresiva, fortalece nuestras articulaciones, aumenta la densidad ósea y previene problemas derivados de la edad como la artrosis o la descalcificación. Además, aporta flexibilidad, mejora los problemas de espalda derivados de las malas posturas y nos ayuda a caminar erguidos, evitando lesiones.
Piernas firmes y culo duro
Bailar es uno de los ejercicios más completos que existen porque te permitirá trabajar el cuerpo entero. Engancharse al baile es sinónimo de piernas fuertes, traseros firmes y brazos y abdomen tonificados. Otra ventaja es que al no trabajar con peso, puedes conseguir músculos más tonificados sin aumentar volumen. Con determinadas disciplinas, como el ballet, además conseguirás que tus músculos consigan un aspecto mucho más alargado.
Sonrisa permanente
Bailar es un excelente antidepresivo. Al movernos al compás de la música segregamos las hormonas de la felicidad, por eso sentimos un bienestar que puede crear adicción. Las endorfinas que producimos al bailar nos provocan sensación de alegría, armonía, empoderamiento y seguridad. Por eso bailar es una actividad que recomiendan los especialistas en cuadros de depresión, estrés o apatía. Durante la clase desconectarás de todo y mantendrás tu cerebro ocupado en el ritmo de la música y la coreografía. Además es una herramienta perfecta para mejorar las relaciones interpersonales, sociabilizar y superar complejos.