Aunque parecía algo pasajero el reggaetón llegó para quedarse. ¿Te has quedado petrificado en la pista de baile al son del “Dale morena”, “Dile” o “La gasolina”? Pues deja a un lado la timidez y prepárate para dislocarte las caderas.
Desde hace unos años el reggaetón es un género musical bailable con el que nos hemos tenido que familiarizar. En los años 90 llegaron desde Puerto Rico y República Dominicana temas pegadizos, incluso machacones, con letras plagadas de argot callejero y tintes machistas. Ostentación, mujeres exuberantes, coches de lujo y mucha rivalidad son característicos de este género musical y, por extensión, de su forma de bailarlo.
Reggaetón para tímidos
Si mostrar en una pista de baile llena de gente movimientos de alto contenido sexual no va contigo, no te preocupes, no te harán corro pero podrás defenderte cuando suene el éxito del momento. El reggaetón también tiene pasos sencillos en los que más importante es el “rollo” o el “flow” que le pongas. Movimientos rápidos de hombros, círculos con las caderas o la famosa toalla (imitar el movimiento rápido al secarte cogiendo la toalla con ambas manos y moviéndola de un lado a otro) son pasos habituales entre principiantes y vergonzosos.
Reggaetón para profesionales
Es posible que le cojas el truco a los pasos básicos y quieras ir un poco más lejos en tu repertorio de movimientos. Para los más profesionales, las opciones se multiplican solo o en pareja. Mézclalo con pasos de salsa, hip hop, reggae y dale un toque personal a tu forma de moverte. Es habitual que los bailarines se piquen en la pista de baile y tengan lugar improvisadas batallas en las que las mujeres tienen que seducir y subir la temperatura de los presentes. La atención se focaliza en los movimientos de cadera, pelvis y glúteos.
Perreo: el reggaetón más callejero
Sólo para los más desinhibidos existe un tipo de reggaetón en el que la confianza en uno mismo y la soltura son protagonistas. Se conoce como “perreo” y se baila en pareja. La mujer se pone delante del hombre y se mueve de forma extremadamente sexy sin parar de rozar los cuerpos. Los protagonistas pueden ir tan lejos en sus movimientos como su desparpajo les permita. Es el momento de dar azotes al aire, realizar pasos de twerking de pie o en el suelo y presumir de elasticidad y forma física.